El correo electrónico es el medio de transmisión preferido por los virus, por lo que hay que tener especial cuidado en su utilización.
Cualquier correo recibido puede contener virus aunque no le acompañe el símbolo de datos adjuntos (el habitual "clip"). Además, no es necesario ejecutar el archivo adjunto de un mensaje de correo para ser infectado; en algunos sistemas basta únicamente con abrir el mensaje, o visualizarlo mediante la 'vista previa'.
Para prevenir esto, lo mejor es verificar los mensajes inesperados o que provengan de una fuente poco habitual. Un indicativo de posible virus es la existencia en el asunto del mensaje de palabras en un idioma diferente al utilizado normalmente por el remitente.
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